¿Es posible desarrollar un aprendizaje
basado en el cerebro?
Esta
es la pregunta que nos estamos haciendo muchos docentes que indagamos
en la posibilidad de unir educación y neurociencia. Promover una
reflexión y revisión teórica, un debate sobre la práctica y un diálogo
como formación horizontal, nos traerán evidencias de las posibilidades
reales que existen de que ello ocurra. Educación y neurociencia preparados para entenderse: Neuroeducación.
El docente actual no puede soslayar su acción investigadora,
su papel de investigador en la acción.
Una investigación que nos lleva a
reafirmar que hay posibilidades de transformar la educación. Muchos
docentes hemos abandonado el reducto que supone dedicarnos sólo a la
práctica y, acompañados por la tecnología y la red, estamos explorando y
encontrando nichos de investigación y desarrollo que hasta ahora nos
parecía tener vetados.
Este
nuevo papel, inserto ya en el ADN del docente del siglo XXI, supone
interrogarnos constantemente, en ondas expansivas de
Investigación-Acción, el cómo y el porqué de las acciones educativas que
hacemos. Y no hacerlos solos sino con la intencionalidad de convertir las escuelas y los institutos en centros de I+D+i.
Uno
de los conocimientos que están situándose en primera página de la
investigación educativa en el último decenio es la aplicación y el
desarrollo de la Neurociencia, ahora aplicada a la educación.
Parece
que la formación en neurociencia se ha convertido en una asignatura
pendiente y obligatoria en la preparación de los docentes. Pero seamos
objetivos… una formación que sólo será útil, y una ciencia que vendrá a
sumar mejoras, si, y sólo si, somos capaces de incorporarla a nuestras
estrategias docentes. Se trata de preguntarnos…
¿Es posible aplicar estrategias de aprendizaje que vayan en consonancia con el funcionamiento del cerebro?
Para ello
es necesario que los docentes incorporemos a nuestra formación,
conocimiento sobre algunas de las denominadas neurociencias (
estructura, función, desarrollo del cerebro…), para , a través de ese
conocimiento ser capaces de diseñar y aplicar estrategias didácticas que
vayan en consonancia con las mismas y comenzar a desarrollar una
educación basada en el funcionamiento del cerebro
El mayor desconocido,
el cerebro humano
Los
hombres deben saber que el cerebro es el responsable exclusivo de las
alegrías, los placeres, la risa y la diversión, y de la pena, la
aflicción, el desaliento y las lamentaciones. Y gracias al cerebro, de
manera especial, adquirimos sabiduría y conocimientos, y vemos, oímos y
sabemos lo que es repugnante y lo que es bello, lo que es malo y lo que
es bueno, lo que es dulce y lo que es insípido.
Hipócrates
Hipócrates
Parece lógico que el Aprendizaje Basado en el Cerebro (Brain Basic Learning
–BBL–) debe constituirse en una disciplina que busque potenciar la
capacidad de aprender –memoria, atención, comprensión-conocimiento–
partiendo de los hallazgos neurocientíficos y apostando por principios
básicos de la didáctica como son la personalización y la diversificación
de estrategias.
También
parece claro que si hay evidencias científicas de que nuestro cerebro
cambia en respuesta a las experiencias, no es opinable que una de las
mayores obligaciones de la escuela sea proporcionar “experiencias ricas”
a los alumnos, ya que las mismas pueden, literalmente, alterar nuestros
procesos neuronales.
EXPERIENCIAS RICAS
Y ¿a qué nos referimos con experiencias “ricas”?
Nos referimos a experiencias de aprendizaje que propongan desafíos y retos; que proporcionen guías, pero no soluciones; que ofrezcan pautas y rutinas para la creación de pensamientos ordenados, que ayuden al cerebro a organizar el caos…
Unas experiencias que hagan aflorar preguntas, interrogantes e hipótesis a nuestro alumnado, que les inciten a buscar soluciones; que respondan a cuestiones reales; que correspondan a problemas con múltiples y flexibles soluciones y caminos; que les obliguen a interaccionar con otros y a crear equipo…
Ricas son las experiencias que promueven pensamiento científico, pensamiento lateral y pensamiento creativo, que movilicen fundamentalmente pensamientos de orden superior, que les obliguen y enseñen a pensar.
Se trata, por tanto, de diseñar experiencias con estructuras lógicas (que vayan de lo conocido a lo novedoso, de lo simple a lo complejo, de lo directo a lo indirecto, de lo real a lo abstracto…); que posibiliten un desarrollo gradual, sin frustraciones por la imposibilidad de encontrar la solución.
Experiencias que combinen saber ser, con el saber hacer y con saber convivir; que utilicen la tecnología como un medio y no como un fin; que les doten de una tecnología que les sirva, no solo para encontrar y almacenar información, sino para crearla y compartirla; que les movilicen en la solidaridad y el encuentro humano; que precisen de miradas y abrazos…
Podíamos llamarles …
experiencias
neuroeducativas
Unas experiencias que hagan aflorar preguntas, interrogantes e hipótesis a nuestro alumnado, que les inciten a buscar soluciones; que respondan a cuestiones reales; que correspondan a problemas con múltiples y flexibles soluciones y caminos; que les obliguen a interaccionar con otros y a crear equipo…
Ricas son las experiencias que promueven pensamiento científico, pensamiento lateral y pensamiento creativo, que movilicen fundamentalmente pensamientos de orden superior, que les obliguen y enseñen a pensar.
Se trata, por tanto, de diseñar experiencias con estructuras lógicas (que vayan de lo conocido a lo novedoso, de lo simple a lo complejo, de lo directo a lo indirecto, de lo real a lo abstracto…); que posibiliten un desarrollo gradual, sin frustraciones por la imposibilidad de encontrar la solución.
Experiencias que combinen saber ser, con el saber hacer y con saber convivir; que utilicen la tecnología como un medio y no como un fin; que les doten de una tecnología que les sirva, no solo para encontrar y almacenar información, sino para crearla y compartirla; que les movilicen en la solidaridad y el encuentro humano; que precisen de miradas y abrazos…
Podíamos llamarles …
experiencias
neuroeducativas
Acciones que te acercarán a la
neuroeducación,
10
I
Promueve la Alfabetización neurocientífica de tu alumnado
Es
sencillo si te lo propones. Diseña proyectos, tareas y/o actividades
que ayuden a tus alumnos a aprender acerca de su propio cerebro, sobre
su funcionamiento, sobre el cómo aprende y memoriza, sobre cómo se
desarrolla. Que hagan pequeñas investigaciones (sobre el sueño, el
deporte, la alimentación, las emociones, los recuerdos, la memoria…).
Conocer cómo funciona su cerebro,
les proporcionará seguridad y sabrán qué hacer para aprender más, pero
sobretodo, para aprender más eficazmente y mejor. Les ofrecerás la
posibilidad de seguir su curiosidad, de involucrar la investigación y
la creatividad cuando se trata de entender del cerebro. Haz todo lo
posible por integrar el estudio del cerebro en los contenidos
curriculares.
II
Valoriza la Memoria en el aprendizaje
Ya hemos hablado aquí (aprendizaje y memoria)
de la necesidad de poner en valor la memoria en el proceso de
aprendizaje y de reubicarla en el sitio que le corresponde. Es
incuestionable que memorizar y aprender son dos acciones totalmente
relacionadas. La base para un buen aprendizaje es la memoria. Se trata, fundamentalmente, de invertir el proceso tradicional del uso de la memoria en la escuela.
El error, quizás, es que no se trata tanto de memorizar para constatar
después qué hemos aprendido sino de aprender contrastando informaciones y
apelando a la memoria. Una memoria que enraíza creando nuevos surcos,
nuevas sinapsis, nuevas relaciones que le acrecientan y le fortalecen, y
a través de su potente anclaje, se hacen grandes los aprendizajes.
Hablamos
de memorias en plural. Es especialmente interesante la necesidad de
desarrollar estrategias que potencien la memoria de trabajo, la cual
está íntimamente relacionada con la capacidad de razonar y resolver
problemas nuevos, incluso independientemente del conocimiento
previamente adquirido.
III
Revisa el uso que haces en tu aula de la Repetición
Una
memoria fuerte es una memoria que ha repetido. La repetición frecuente,
en uso habitual, lógico y contextualizado de ese recuerdo es lo que la
ancla profundamente, lo que deja huella sináptica en los surcos
neuronales. La memoria es codiciosa y necesita de excitación continua.
No
te dejes engañar. El cerebro tiene siempre en “on” la función economía
y aplica sin contemplaciones la máxima de “úsalo u olvídalo”.
La
repetición, está demostrado en hallazgos neurobiológicos, produce
cambios en la eficacia sináptica entre las conexiones cortico-corticales
en la corteza cerebral y en el sistema temporal medial (estructuras
adyacentes al hipocampo), y con ellos un aumento del anclaje de los
recuerdos: la repetición es el arma para grabar la memoria.
Por
tanto utiliza estrategias de recuerdo cada día, como por ejemplo,
intentar recordar lo más significativo que se ha aprendido los días
anteriores a través de pequeños juegos, pruebas, torneos o cuestiones
(nada que ver con el examen tradicional que se utiliza como herramienta
calificadora y que suele tener poca incidencia en el aprendizaje).
No significa que sea necesario repetir de forma continuada,
una y otra vez los mismos contenidos como medio de aprenderlos, porque
resulta tedioso y desmotivador. Así, por ejemplo, nunca (nunca, nunca)
deberíamos provocar el estudio repetitivo, encargar subrayados los
textos sin más, o solicitar memorizar palabras o conceptos de forma
descontextualizada como modelo de aprendizaje.
IV
Apóyate en los Grandes aprendizajes
Amplía
el macro de la mirada didáctica y potencia las habilidades de orden
superior. Trata de hacer hincapié en desarrollar catálogos de recursos
más generales, de más frecuente y valioso uso. Fíjate en el desarrollo
de lo que llamamos competencia más que en lo que denominamos contenidos.
Del macro al micro como forma de comprensión valiosa, de comparación y asociación, de esquematizar y jerarquización. El cerebro recuerda mejor la idea general que la específica, la esencia básica antes que los detalles.
En
definitiva, se trata de promover la utilización de habilidades de
orden superior (HOTS) de forma variada y creativa, de desarrollar
estrategias con las que nuestro cerebro se siente cómodo porque son
afines a su funcionamiento.
No podemos olvidar que este músculo de 1500 gramos no funciona por “cajones”, lo hace por conexiones. Las grandes conexiones dan servicio a las mas pequeñas y particulares.
V
Aprovecha las Neuronas Espejo
Por ello, haz hincapié en realizar permanente feedback. Huye de los grupos homogéneos, porque en la heterogeneidad está el aprendizaje real y creativo.
La creación de modelos divergentes y creativos sólo se da en espacios
diversos, donde existen niveles heterogéneos de adquisición de
aprendizajes, aprendiendo a través de diferentes disciplinas, cooperando
con distintos interlocutores.
Las
neuronas espejo modelan por imitación, pero la acción educativa
mediadora provocan que estas neuronas excedan del aprendizaje vicario
por observación y amplíen sinapsis por aprendizaje activo: haciendo,
comparando y analizando pros y contras, verdades y sus contrarios,
certezas e incertidumbre, bellezas y sus opuestos, sensateces y locuras…
VI
La Atención no se presta, se conquista
No es suficiente con que los docentes pidamos atención a nuestro alumnado, hay que ganárnosla. La atención se consigue con movimiento, con actividad física y mental. Utiliza el poder que la novedad tiene en el alumnado.
¿Verdad
que si repensamos los tiempos del aprendizaje, convenimos que es
imposible que nuestros alumnos presten atención 6 horas seguidas al día?
Proponte dividir las secuencias de aprendizaje en intervalos o bloques de unos 10 minutos
(que podemos comprobar nosotros mismos es el máximo de tiempo que se
presta atención) y ve combinado actividades variadas (del saber hacer y
del saber conceptual; de trabajo individual, trabajo por parejas y de
trabajo grupal o colectivo). Practica un “manos arriba” o un “lápices
al centro”, realizando pausas que puedes aprovechar para ofrecer pistas
sobre aquello que sobre lo que se está aprendiendo, solicitar breves
resúmenes, repaso de procedimientos, para hacer microevaluaciones del
proceso, de las dificultades, de cambiar el soporte con el que se
aprende, el tono de voz con el que te diriges a ellos. Busca estrategias
para optimizar la atención.
VII
Refuerza la importancia de las actividades Mutisensoriales
Las actividades multisensoriales son activadores de aprendizajes auténticos, desarrolados mediante secuencias adecuadas y lo suficientemente provocadoras como para que despierten y ejerciten la musculatura cerebral. Aprovecha la riqueza de lo informal y de lo multidisciplinar.
Añade
en tu práctica animaciones dirigidas a la estimulación visual, que
activen el cerebro dilatando y contrayendo las pupilas. Diseña
estrategias que, en la medida de lo posible, la información que los
alumnos consulten o reciban vaya acompañada de ilustraciones gráficas,
sonoras, o audiovisuales.
Proponte
que, de vez en cuando, tu alumnado haga aproximaciones al conocimiento
percibiendo la información a través de todos los órganos de los
sentidos. El cerebro es más sensible a esta información que si lo percibe únicamente vía oral.
VIII
Las Emociones son la energía del aprendizaje
Quizás,
lo que llamamos motivación/emoción y la segregación de
neurotransmisores son todo uno. Sabemos que emoción y motivación
constituyen, además, las acciones que mantienen en forma al cerebro,
su entrenador particular. La bioquímica de nuestro cerebro estimulada por la física de la acción docente: esta es nuestra estrategia.
Narrar una historia, contar un chiste y promover el humor,
proponer trucos de magia, mostrar un vídeo musical, exponer una frase o
lema, contar una experiencia personal, ver una noticia solidaria… o
simplemente contarles la anécdota de lo que te dice tu hija pequeña, son
acciones que humanizan, empatizan y emocionan.
Somos
conscientes que la creación de climas positivos en el aula constituye
un gran mediador y facilitador de los aprendizajes porque proporciona
autoestima y seguridad al alumnado al sentirse querido, respetado,
escuchado, …al sentir que nos preocupamos por “sus cosas personales”… Se trata de educar desde la comprensión del otro. Como bien enuncia Damassio “los procesos emocionales y los cognitivos son inseparables”.
IX
El valor del Juego
Podemos reunir en torno al juego muchas de las propiedades positivas que hemos comentado anteriormente.
Jugar es hacer algo por la satisfacción de hacerlo, por lo tanto, motiva intrínsecamente.
A
través el juego vivimos experiencias lúdicas y placenteras mientras
realizamos una tarea útil. El juego desarrolla la imaginación y la toma
de decisiones; mejora la atención -porque es absorbente- y ayuda a la
concentración total. Hay infinidad de juegos (lúdicos y serios) muy
aptos para mejorar las competencias que se desarrollan durante los
procesos de aprendizaje.
X
El Error como acierto a la hora de aprender
Nuestra mente compara y decide constantemente.
La neurociencia nos está demostrando que percepción, acción y atención
convergen en una única tarea. Todas ellas se equilibran mediante
infinitas y permanentes aproximaciones al conocimiento correcto del
mundo.
La neurociencia enuncia claramente que la percepción se perfila por medio de la atención.
Las propiedades inherentes a la percepción consciente (multiplicidad,
intensidad, globalidad) son posibles gracias al mecanismo de
minimización del error de predicción. Para extraer inferencias, la mente
utiliza este procedimiento depurador de la información del mundo que
nuestro cerebro percibe por medio de los sentidos.
Desde
la educación podemos fijarnos en el modo que percibimos, en la
mecánica de la percepción y la conjugación de los múltiples factores
implicados. Así, la información sensorial que llega al cerebro se
transforma en percepción después de un proceso activo cerebral. Ese
ejercicio que nuestro cerebro hace automáticamente, se puede utilizar
como estrategia didáctica para el aprendizaje, donde las expectativas o hipótesis deban ser refrendadas por “el ejercicio activo”.
Partir de hipótesis en la resolución de problemas y hacer predicciones y
comparaciones ayudará a que nuestro alumnado conforme un cerebro con
un funcionamiento acorde a su naturaleza.
Para terminar, no nos olvidemos de dos estrategias neuroeducadoras universales…
Estrategias neuroeducadoras
universales,
2
La lectura
Activadora
de casi todas las regiones cerebrales. Según I. Morgado, (catedrático
de Psicobiología en el Instituto de Neurociencia de la UAB), de todas
las actividades intelectuales potenciadoras de capacidades mentales, la
más asequible y la que proporciona un mejor balance costo/beneficio es,
sin duda, la lectura. Recalca Morgado. «Leer es uno de los mejores ejercicios posibles para mantener en forma el cerebro.”
La educación artística
Desarrolladora
intrínseca de habilidades sociales, emocionales y cognitivas. Una
actividad como está demostrando el proyecto educativo No me cuentes historias, dibújamelas que
debería gozar de un alto reconocimiento currícular, tanto por su
potencial neuroeducador como por su gran capacidad integradora de
aprendizajes.
“…hay un
gran consenso en cuanto a poner juntas neurociencia y educación, es
decir, de crear un puente sólido entre estos dos terrenos del
conocimiento, porque es cierto que nos encontramos a las puertas de
alcanzar nuevos conocimientos que puedan ser utilizados para desarrollar
una buena enseñanza.”
Francisco Mora
Francisco Mora
Te invitamos a conocer más sobre este apasionante tema a través del metaevento hangout, twitter y tertulias presenciales que organizó y desarrolló ayer, 19 de enero, el proyecto @hagoutEDU
con la participación de D. Francisco Mora, doctor en Neurociencia por
la Universidad de Oxford, que resumimos con la última frase de este
largo artículo.
«NO SE PUEDE APRENDER NADA QUE NO SEA
A TRAVÉS DE LA ALEGRÍA»
BIBLIOGRAFÍA, DOCUMENTOS Y WEBS CONSULTADAS
- El blog de Diego Umaña
- Fernado Trijillo webs y blogs Notas para una aproximación al mensaje de las neurociencias en educación.
- Escuelas con cerebro de Jesús Guillén
- Educando desde mi mapa, by Ana Díaz
- La colina de Peralías. 10 estrategias para estimular la curiosidad. El blog de Dolores C. Álvarez Peralías.
- Morgado, I., & Bernal, I. M. (2014). Aprender, recordar, olvidar: Claves cerebrales de la memoria y la educación. Editorial Ariel.
- Mora, F. (2013). Neuroeducación: solo se puede aprender aquello que se ama. Alianza Editorial.
- Salas Silva, R. (2003). ¿La educación necesita realmente de la neurociencia? Estudios pedagógicos (Valdivia), (29), 155-171.
- Hohwy, J. (2013). The predictive mind. Oxford University Press.
- Franco Corso, S. J. Revista MedUNAB, Vol 16, No 1 (2013)
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